Propuesta de puesta en escena:

Una única cámara toma a Nati sentada a una mesa de espaldas. Al fondo, en la pared, se proyecta una imagen simultánea que muestra a Nati de frente tomada con otra cámara.
Ella está mirando la televisión (a sí misma) mientras come un huevo frito, toma, fuma y se cepilla el pelo. En un momento aprieta un botón del control remoto y comienza a sonar una voz grabada que recita un texto. Hacia el final, ella se voltea y entonces aparece su rostro de frente en la cámara y su espalda en la proyección de la pared.
Trabajamos a partir de la idea de que el dispositivo televisivo genera una tensión entre intimidad y puesta en escena: las acciones que Nati realiza se asocian al ámbito de lo íntimo/privado, pero a su vez la puesta que planteamos es teatral, lo cual se expresa a través de la iluminación y de que el espacio no es una casa sino una sala de ensayos. Además, las propias acciones muestran que no es una puesta natural sino que hay algo extraño, que no encaja, como el estar comiendo, fumando y cepillándose a la vez. A su vez, la imagen de una persona sentada frente a una pantalla en la mesa replica la escena clásica del espectador televisivo.
Bitácora conceptual:

La idea central es que el medio televisivo, con los lenguajes que habilita y, en particular el del directo, produce efectos concretos sobre nuestros cuerpos. El encuadre televisivo define un determinado cuerpo y las múltiples cámaras que se ponen en juego van revelando distintas instancias del cuerpo, pudiendo a su vez generar varios cuerpos a partir de uno. Para esto nos basamos en el concepto del dispositivo televisivo como extensión de los sentidos que describe McLuhan: la tecnología televisiva misma produce efectos en nuestros cuerpos, por eso es en sí un mensaje. En este sentido, tomamos también la idea de la sincronicidad como especificidad del dispositivo televisivo, más allá de la materialidad de los aparatos electrónicos, como plantea Nahón.
Hacemos convivir los lenguajes del directo y del grabado tomando al directo como lo específicamente televisivo, como lo plantea Carlón. El directo en nuestro trabajo se plantea a partir de la confluencia sincrónica de las imágenes que tomamos y transmitimos en simultáneo, mientras que el grabado aparece a través de la tecnología sonora.
En nuestra obra es fundamental el momento de la transmisión, lo cual se vincula a lo que plantean Costa, Escari y Jacoby en su manifiesto “Un arte de los medios de comunicación”.